La Madre General se ha desplazado a Bolivia para dialogar con las formandas que han participado en las Tercera Probación Ordinaria y clausurar esta etapa de formación, previa a los votos perpetuos.

Anterior al cierre, dirigió un triduo de oración.

  • El primer día estaba dedicado a profundizar la propia vocación, cuyo origen y fuente es Dios. Un día para contemplar y recrear la llamada al amor desde nuestro carisma.
  • El día segundo se pretendía ahondar en la propia consagración, tomando como modelo a Jesucristo – consagrado al Padre y a su Reino -. La consagración no se puede vivir si no es desde el corazón de Cristo, desde una relación afectiva con Él.
  • Y desde ahí, contemplar y dejarse provocar por el Espíritu, que invita a la misión. No como una acción apostólica, sino una invitación más profunda e íntima: ser misión.  
  • María, Reina de los Apóstoles, es la guía y maestra de este camino.

Ahora quedan las evaluaciones y las entrevistas personales, en la que, sin duda, surgirán acciones de gracias y deseos de cambio. Una etapa intensa, en nuestra “tierra santa”, Bolivia, que precede a la profesión perpetua, acompañada por las consejeras Delia Báez y Cilenia Rojas.