Jornada de la Vida Consagrada
A lo largo de la historia muchos hombres y mujeres se identificaron con el ‘Sí’ de María, su respuesta afirmativa al Señor los hizo capaces de entregar su vida a la causa del Evangelio en los diversos caminos que el Espíritu, a través de los carismas, ha ido abriendo para el bien de la Iglesia en el mundo.
El Sí de María nos muestra la acogida a los sueños y deseos de Dios sobre nosotros y nosotras. Pero también manifiesta el compromiso de nuestra obediencia y su modo de vivirla y comprenderla.
El «¡Aquí estoy!» con toda su fuerza, se convierte en «¡Aquí estamos!». No solo porque donde un cristiano dice «yo» está diciendo «nosotros», sino porque el nosotros eclesial y de Vida Consagrada del momento que vivimos nos invita a ofrecernos y disponernos a buscar, procurar y hacer la voluntad divina como comunidad, dentro del pueblo de Dios en camino.