El Padre Frédéric Fornos S.J., Director Internacional de la Red Mundial de Oración del Papa, recuerda que “desde el principio, Jesús acogió a mujeres como discípulas, lo cual era novedoso en la sociedad de aquel tiempo. María, la madre de Jesús, tuvo un lugar preponderante entre los Apóstoles y en la comunidad primitiva, como lo atestiguan los evangelios. A una mujer, María Magdalena, Jesús le confió la misión de anunciar su resurrección a sus hermanos. A lo largo de la historia, las mujeres han aportado un verdadero dinamismo espiritual a la Iglesia: Teresa de Ávila, Catalina de Siena, Teresa de Lisieux, reconocidas como ‘doctoras de la Iglesia’, y un sinfín de santas. Dado que el Papa nos llama este mes a orar ‘para que la dignidad y la riqueza de las mujeres sean reconocidas en todas las culturas, y para que cese la discriminación que sufren en diversas partes del mundo’, continuemos también reconociendo su papel dentro de la Iglesia. Primera evidencia: sin la participación activa de las mujeres, la comunidad cristiana, si fuera una empresa, estaría en quiebra”.