MISIONERAS
Amamos a Cristo y a su Iglesia y nos entregamos incondicionalmente al anuncio del Reino. Existimos para evangelizar.
CRUZADAS
Evoca el deseo de empresas arriesgadas y audaces, el mayor servicio buscando la mayor gloria de Dios.
DE LA IGLESIA
Por el amor entrañable a ella, nuevo pueblo de Dios, y la adhesión filial al Papa y a los Obispos.
Somos un Instituto de espiritualidad ignaciana.
SANTA NAZARIA IGNACIA
(España) 1889 – (Argentina) 1943
Nazaria Ignacia March Mesa nació en Madrid (España), el 10 de enero de 1889, y se bautizó en la parroquia de San José, en la calle de Alcalá. Fue la cuarta hija de diez hermanos. Su padre fue don José Alejandro March y Reus, natural de Alicante, de profesión marino y empresario. Su madre fue doña Nazaria Mesa Ramos, natural de Sanlúcar la Mayor (Sevilla).
A la edad de 9 años, la víspera de su primera comunión, como interna del colegio del Espíritu Santo de Sevilla, sintió la primera llamada del Señor: “Tú, Nazaria, sígueme” y ella respondió: “Te seguiré, Señor, lo más cerca que pueda una humana criatura”, y para comprometerse más, consagró a Dios su virginidad con voto.
Pronto empezó a destacar entre sus hermanitos y, luego, entre sus compañeras de colegio por su espíritu vivaz, su simpatía natural y su don de convocatoria. Deseaba ser misionero jesuita, y con esta idea fundó un grupo al que llamó Misioneras ocultas, para que, con su oración y sacrificio, trabajasen por las misiones.
A su salida del colegio, tuvo una época en que comenzó a sentir los atractivos del mundo. Era halagada por los jóvenes, y deseó ser libre, pero su amor por el Señor fue más fuerte. Muchos años más tarde ella misma escribió: “a los 7 años, en que la razón comienza a despuntar, te conocí y, desde entonces, te amé”.
Por razones económicas, toda la familia tuvo que trasladarse a México. En el viaje en barco conoció a dos Hermanitas de los Ancianos Desamparados, con las que ingresó por ser esa la vocación que más le costaba. Hizo el noviciado y profesó como Hermanita en Palencia (España), y pronto, fue destinada a Oruro (Bolivia) con otras compañeras.
Siendo Hermanita, sintió nuevas llamadas del Señor a una vida misionera, entregada a evangelizar a los pobres y sobre todo a trabajar por la unión y extensión de la Santa Iglesia.
Con la bendición del señor nuncio y de la jerarquía de Bolivia, Nazaria comenzó la fundación de un instituto misionero en la más absoluta pobreza, con sólo 40 centavos.
Su temperamento expansivo era serenado por la oración, su inteligencia despierta le permitió responder con creatividad a las diferentes necesidades que encontraba, y su audacia y amor apostólico le permitieron vencer los obstáculos que se encontraba en su misión. Líder natural, hizo que pronto se le unieron otras compañeras y comenzaron a misionar por los campos, pueblos, ciudades, campamentos mineros, llevando a todos la Buena Nueva del Evangelio con la palabra y el testimonio.
Abrió comedores sociales, trabajó incansablemente por la promoción de la mujer y la educación de los niños. Su preferencia fueron siempre los más pobres… “ellos eran su herencia”. Su anhelo por la justicia social era fruto de la experiencia profunda de lo que sería el Reinado social de Jesucristo realizado en el presente. A ello se compromete con dos votos: el de obediencia al Papa para mayor unión con la Iglesia y el de trabajar hasta dar la vida por el Reino de Cristo.
Fundó casas en Argentina, Uruguay y España. Soñaba con extender su cruzada de amor por todo el mundo. En todas partes llevó su carisma de amor a la Iglesia y servicio a los pobres.
Hija de su tiempo, la preocupación social por los movimientos obreros, las reivindicaciones sufragistas y el feminismo incipiente se reflejan en su pensar y su actuar.
Después de una vida entregada y llena de virtudes, Nazaria murió en Buenos Aires el 6 de julio de 1943. Su congregación recibió la aprobación definitiva el 9 de junio de 1947 con el nombre de Misioneras Cruzadas de la Iglesia. Sus restos reposan en Oruro desde 1972.
El Papa Juan Pablo II, declaró mediante Decreto, la heroicidad de sus virtudes el día 1 de septiembre de 1988. Fue beatificada el 27 de septiembre de 1992. Celebramos su canonización el 14 de octubre de 2018 en Roma, por S.S. Francisco.
OBRA TOTAL
Una familia con opciones de vida diversos: laicos y laicas, religiosas, consagradas seglares y sacerdotes. Compartimos el mismo carisma de querer dar la vida por Jesús y el Evangelio y de amar profundamente a la Iglesia.
Misioneras Cruzadas de la Iglesia
Misioneras Seglares de la Iglesia
Familia Extensiva de Nazaria Ignacia
Sacerdotes Amigos del Carisma de Nazaria Ignacia
ESTAMOS EN:
Nuestra vocación es universal, para hacer vida en cualquier parte del mundo.