Vivimos enfrascados en los problemas, movidos por los vaivenes de la vida, con poco tiempo para los demás e incluso para nosotros mismos, y no damos el espacio necesario a la reflexión, a la oración, a dialogar con Dios de lo que nos sucede o deseamos. La oración es inseparable del compromiso por los demás ¿no te parece que es tiempo de actuar? Adviento es tiempo de responder.