SAN PEDRO Y SAN PABLO

Pedro, el amigo apasionado de Jesús, el hombre elegido por Cristo para ser “la roca” de la Iglesia: “Tú eres Pedro y sobre esta piedra edificaré mi Iglesia” ( Mt 16,16). Su pasión fue su fragilidad, y después de vivirse como pecador, reconoció que no estaba en su fuerza y entusiasmo la clave de la misión, sino en acoger con sencillez el amor de Dios. Ello le llevó a aceptar con humildad su misión hasta el final, hasta su muerte como mártir. Con él, podemos escuchar a Jesús que nos pregunta ¿me amas?

Pablo, el perseguidor de Cristianos que se convirtió en Apóstol de los gentiles; supo reconducir su fuerza y ardor hacia un nuevo sentido. Y experimentó que  Su gracia le bastaba. Pablo se convirtió en un modelo de ardoroso evangelizador para todos los católicos porque después de encontrarse con Jesús en su camino, se entregó sin reservas a la causa del Evangelio.