Y tú estabas dentro de mí y yo afuera, y así por fuera te buscaba; y, deforme como era, me lanzaba sobre estas cosas hermosas que tú creaste. Tú estabas conmigo, mas yo no estaba contigo. Reteníanme lejos de tí aquellas cosas que, si no estuviesen en ti, no existirían. Me llamaste y clamaste, y quebrantaste mi sordera; brillaste y resplandeciste, y curaste mi ceguera; exhalaste tu perfume, y lo aspiré, y ahora te anhelo; gusté de ti, y ahora siento hambre y sed de ti; me tocaste, y deseé con ansia la paz que procede de ti.
Del libro de las Confesiones de san Agustín, obispo Libro 7, 10. 18, 27
RAÍCES
TPO 2023. Siempre es bueno encontrarse con las raíces, especialmente cuando frente a nosotros tenemos una decisión importante que tomar. Raíces personales, releyendo la propia vida como historia de salvación. Raíces espirituales, entablando un diálogo profundo con el...
0 comentarios