Inmaculada Concepción
Pasó hace más de dos mil años, pero sigue marcando nuestra vida de fe. Un diálogo que comienza con una invitación al gozo: “¡Alégrate!” Y que sigue con la maravillosa declaración “llena de gracia, el Señor está contigo”.
Con María estaba la humanidad entera, porque el proyecto de Dios era el regalo de su Hijo a todo el género humano. Celebrar a María es celebrar la vida de una mujer sencilla cuya vida fue un fiat, al gesto de derroche que el Padre había mostrado. Amor que engendra amor.
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