En medio de la tercera ola de la pandemia, cuando muchos de nuestros países están en alerta roja, haciendo que las restricciones se recrudezcan, tenemos que lamentar las manifestaciones de violencia.
La Agencia Fides nos presenta una situación cruda y dolorosa:
- En Colombia, la violencia creciente es ejercida por las bandas y grupos armados. Mons. Rubén Darío Jaramillo la llama «una guerra real «. El obispo explicó que «los distintos grupos criminales quieren apoderarse de sectores estratégicos por donde transitan las drogas…”. Solo en los últimos días, unas 200 personas han abandonado la zona. Otras 500 mil están atrapadas en los lugares de combate.
- Por su parte, en Brasil, durante el 2020 los casos de tortura en el sistema penitenciario brasileño casi se duplicaron en comparación con 2019. Denuncias de casos de tortura con agresiones físicas, trato humillante y degradante y/o la violación del derecho a la salud de la población presa.
- En Etiopía la guerra civil castiga a la población. Se constata que más de 50.000 personas desplazadas necesitan urgentemente “alimentos, artículos de primera necesidad no alimentarios, medicinas, agua, tiendas de campaña y apoyo psicosocial. También se necesitan profesores, expertos en administración y apoyo logístico”.
- La Secretaría Episcopal para Centroamérica en Honduras ha lanzado un llamado ante los flujos migratorios de hondureños que se dirigen hacia Estados Unidos en caravanas y que han sido detenidos violentamente en Guatemala. La nueva caravana, de unas nueve mil personas, huye de la pobreza, la falta de oportunidades y los escombros provocados por el paso de dos devastadores huracanes, Eta y Iota, que han reducido aún más al país a la pobreza.
Este es nuestro compromiso
“Promover la cultura de la paz, siendo mujeres pacificadoras, educando en la no violencia y apoyando acciones y proyectos a favor de la paz, el perdón y la reconciliación” (Conclusiones XV Capítulo General, p. 21). Y ello nos desafía a buscar con urgencia caminos y modos de tejer la reconciliación con la Iglesia, con toda persona de buena voluntad.
Gracias por el artículo!!