Déjame, Señor, mirarte bien por dentro,
Entrar en tu corazón y dejarme seducir
Y que aumenten mis deseos de querer ser como tú,
Conocerte internamente, amarte y seguirte más
Apostar mi vida junto a ti.
Déjame verte, Señor,
Amando hasta el extremo,
Dejándote la piel,
Entregando las entrañas,
Tus entrañas de mujer
En una toalla y un lebrillo, en un acariciar los pies
En un mirarnos hasta el fondo, sin nada que reprochar y
Y sin nada que pedir, y con tanto para dar
Yo, el maestro y el señor, ya no puedo amaros más
Pues como el Padre me ha amado, así os he amado yo
Os dejo mi vida entera en este vino y este pan
Este pan que soy yo mismo, que me parto y que me doy
Mi deseo es que os améis de corazón, yo también os quiero ver
Amando hasta el extremo
Dejándoos la piel
Entregando las entrañas…
0 comentarios